Filmin estrena ‘Kids in Crime’, una serie extrema sobre drogas y techno en los 2000

Filmin estrena ‘Kids in Crime’, una serie extrema sobre drogas y techno en los 2000

La plataforma de streaming Filmin estrena el próximo 18 de julio, en exclusiva en España, la serie Kids in Crime, un controvertido y radical drama noruego sobre el descenso de tres adolescentes a los infiernos del narcotráfico y la violencia. La serie, un viaje entre Autodefensa y Trainspotting, ganó 4 Premios Gullruten, los Óscar del Cine y la Televisión Noruega, por su «autenticidad, brutalidad y originalidad». El director de la serie, Kenneth Karlstad, que se inspiró en su propia juventud para escribirla, comenta: «Es una serie hecha por y para niñatos, pero no importa en qué año naciste para poder disfrutarla. A las señoras del club de costura de mi madre les ha encantado la serie, así que me parece que llegamos a una audiencia bastante amplia».

Ambientada en la Noruega de 2001, Kids in Crime nos enfrenta a Tommy, un chico de 17 años que, cuando su carrera en el fútbol se trunca debido a un accidente, enfoca su vida en la otra única cosa que le interesa: la violencia. A raíz de esto, Tommy reconecta con un viejo amigo de la infancia, Pål Pot, quien pasa los días junto al narcotraficante de la zona, Freddy Infierno. La valentía y desvergüenza de Tommy encandilan rápidamente al camello, que convierte al joven en su brazo derecho. Los problemas estallan cuando Tommy y Pål van a vivir juntos y se une a ellos Monica, una chica fiestera y adicta a la velocidad que resulta ser la exnovia de Freddy Infierno.

Kids in Crime, formada por 8 episodios de 30 minutos, vibra al ritmo de techno y synth-pop, en especial del mítico grupo noruego Apoptygma Berzerk (APOP), sobre lo que Karlstad explica: «La música es la razón por la que hago cine. La música es lo primero y, luego, la idea para la escena. Todas las canciones estaban ya previstas desde el guion». Otro de los aspectos que la crítica especializada ha destacado es la fotografía, una apuesta arriesgada pero acertada del director: «Mezclamos dos formatos porque quería un gran angular caricaturesco que contrastara con el realismo del VHS. Es comedia versus realidad. Es el mundo guay del crimen, que así es como lo ven los personajes, contrapuesto a lo oscuro que es en realidad. Queremos que los espectadores se rían y que les duela el estómago a la vez».

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