Desde su apertura a principios de este año, el hotel Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel se ha convertido en el establecimiento 5 estrellas GL de referencia en el Pirineo Aragonés. Además de por su ubicación privilegiada y de la experiencia que supone alojarse en la histórica estación ferroviaria de Canfranc, el hotel cuenta con una innovadora propuesta gastronómica liderada por el chef Eduardo Salanova y la directora de sala Ana Acín.
Dos expertos en alta cocina al frente de La Venta del Sotón, institución de la gastronomía oscense fundada en 1967; y Espacio N, restaurante dentro de La Venta, que en 2021 fue galardonado con una estrella Michelin en reconocimiento a su original cocina aragonesa de vanguardia. Ahora trasladan este concepto a los fogones del restaurante Canfranc Express, para continuar reinterpretando el recetario tradicional aragonés, sin descuidar el amor por la tradición y el saber hacer de antaño. Un ambicioso proyecto basado en una cocina creativa que se complementa con guiños a la cocina aragonesa y creaciones propias, y donde el sabor es el protagonista indiscutible.
Canfranc Express, un viaje gastronómico por la alta cocina aragonesa
Ubicado en un antiguo vagón que ha sido rehabilitado siguiendo la estética del emblemático tren Orient Express y de los vagones restaurantes que atravesaban Europa en los años 20, Canfranc Express es el proyecto gastronómico más ambicioso del hotel Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel. Su principal objetivo es recuperar el legado culinario aragonés y despertar la emoción a través de sabores y productos típicos de la región mediante técnicas de vanguardia, preservando en todo momento la esencia de la mejor cocina local. Un viaje gastronómico exclusivo para solo 12 comensales que habla de la historia de la Estación Internacional de Canfranc, como punto de partida, pero que llevará al viajero a una experiencia hacia nuevos destinos.
El primer pase de la carta lo protagoniza un aperitivo inspirado en un plato que se elaboraba a finales del siglo XIX en el valle del Aragón: un consomé clarificado de las migas del pastor con cebolleta y semillas de tomate. Le siguen otros platos con fuerte arraigo a la tierra, entre los que destacan la Pintada y remolacha, con pintada salvaje criada en Los Monegros; La Trilogía del Ternasco, una secuencia de tres pases en la que el cordero del Pirineo es el protagonista, en homenaje a la cocina francesa y al pasado histórico de la estación como punto de unión entre España y el país vecino.
Como colofón final, un prepostre vegetal muy especial: Pataca, apionabo y amargos. Se trata de un namelaka de apionabo con helado de tupinambo y aire de cerveza.
El compañero de viaje ideal es el maridaje con una selección de vinos que buscan la perfecta armonía para crear una experiencia gastronómica única.
Canfranc Express se posiciona, así, como nuevo destino del turismo gastronómico, a la vez que se postula como uno de los nuevos nombres a tener en cuenta en la próxima edición de la Guía MICHELIN.
Un proyecto liderado por Eduardo Salanova y Ana Acín
Además de Canfranc Express, Eduardo Salanova y Ana Acín son los responsables de todo el proyecto gastronómico del hotel que incluye El Internacional, el restaurante principal del hotel, que ofrece una experiencia gastronómica informal y divertida. Un espacio donde el huésped tiene la posibilidad de descubrir la rica cocina aragonesa a través de recetas tradicionales de la alta montaña fusionadas con influencias de algunos de los destinos en los que ha vivido el chef Eduardo Salanova.
El restaurante 1928, ubicado en otro antiguo vagón contiguo a Canfranc Express y que abrirá próximamente sus puertas, es un homenaje al largo viaje en tren que se realizaba desde los valles del Pirineo Aragonés hasta llegar al París de los años 20. Un reconocimiento, además, a la lucha por la apertura de la vía de tren que unía ambos países. La carta se inspira en el recetario galo para ofrecer una cocina francesa con notas aragonesas, en la que se funden recetas clásicas de ambas gastronomías, recordando los mejores restaurantes de París en un vagón de lujo. Un servicio clásico, maridado con los mejores vinos de ambas vertientes, donde, además, se podrá disfrutar de la reinterpretación de Salanova del menú que se sirvió aquel 18 de julio de 1928, fecha en la que se inauguró la Estación Internacional de Canfranc.